El hambre, la infertilidad, los cambios climáticos y geográficos, la obesidad, el envejecimiento, la escasez de agua o la contaminación, son algunas de las amenazas para la alimentación de la creciente población mundial. Se estima que en 2050, el mundo estará habitado por más de 9000 millones de personas. En la actualidad, la población mundial es de 7000 millones.

La soluciones a este problema, pasan por la ciencia y la tecnología, sin embargo, según los expertos, no hay que desperdiciar ningún tipo de agricultura: la tradicional, la de precisión, la orgánica o la biotecnológica. Según Daniel Vidal, CEO de Biopolis, no existirá una única solución global: de ahí la importancia de no descuidar ningún tipo de agricultura. Cada región del planeta requerirá una solución apropiada para sus problemas específicos, que puede venir de cualquier tipo de agricultura.
Pero además, la tecnología jugará un papel fundamental. Se plantean cinco posibles alternativas, con tintes futuristas, que cada vez se encuentran más cerca de convertirse en realidad:
- Sustancias que potencian las cosechas. Teniendo en cuenta las sequías y el aumento de las temperaturas, así como las inundaciones, la cantidad de suelo cultivable se verá reducido. Por ello, será fundamental contar una producción agrícola más eficaz. En este sentido, jugaría un importante papel la quinabactin, una sustancia desarollada en la universidad estadounidense de California Riverside. Esta sustancia actuaría de manera similar a una hormona que se encuentra presente de forma natural en las plantas para ayudarles a lidiar con el calor.
- Imprimir comida. Aunque esta alternativa pueda parecer descabellada, cada vez son más las empresas que apuestan por la impresión de objetos cotidianos. De hecho, la NASA ya está experimentando para alimentar de esta forma a los tripulantes para las misiones de larga estancia en el espacio. En Exeter, Inglaterra, un equipo de investigadores ya logró hace algunos años imprimir chocolate.
- Fabricar nuevos seres vivos. La biología sintética, aunque aún en una fase prematura, se dedica, desde hace algunos años a la creación de vida artificial. Desde esta rama de la biología, la vida se entiende como una obra de ingeniería, que puede ensamblar los componentes de ADN sintético.

4. Producir alimentos transgénicos. Esta alternativa consiste en insertar un gen “servible” de una especie e introducirlo en otra. Aunque es una práctica prohibida en muchos países, si que está permitido el consumo de carne de animales alimentados por alimentos genéticamente modificados
5. Rescatar semillas del pasado. Otra posibilidad podría venir del pasado: un equipo científico de Malasia estudia cereales “olvidados” desde hace varios siglos. Se trata de plantaciones altamente tolerantes a la sequía, por lo que podría adaptarse a las condiciones que se vaticina que tendremos en las próximas décadas.