La sandía ha disminuido su precio semanalmente durante todo el mes de julio, desde los 0,31€/kg hasta los 0,08€ de esta semana. Sin duda, algo fuera de lo normal teniendo en cuenta que julio es el mes en el que más aumenta la demanda de esta fruta. Lo más alarmante de esta noticia es que el precio en el mercado se sitúa ya por debajo de los costes de producción, y, de seguir así, un 30 % de la cosecha podría quedarse sin recoger.

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La situación provocada por el descenso desorbitado del precio la sandía, ha llevado a la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) a pedir a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) que abra una investigación urgente para esclarecer si las grandes superficies han presionado ilegalmente esta bajada. En este sentido, el presidente de ASAJA-Almería ha denunciado que “una vez queda demostrado que los productores están desprotegidos ante prácticas agresivas que se imponen desde una situación de total dominio”.
La caída del precio de la sandía ha provocado un efecto arrastre que afecta a otras frutas de temporada
Desde COAG se denuncia que los agricultores están cansados de “financiar” las frutas de verano para que las grandes superficies las usen como reclamo.
La caída del precio de la sandía tiene un impacto negativo en el resto de frutas de temporada, como el melocotón, la nectarina o la ciruela. Por poner un ejemplo, el melón ha pasado de costar 0,40€/kg a 0,25€/kg en apenas una semana.
COAG insta a las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH) a usar los mecanismos de gestión de crisis de la Organización Común de Mercados de frutas y hortalizas. Entre otras medidas propone la retirada de parte de la producción para su distribución gratuita en comedores sociales o para alimento de ganado.
De esta forma pretende, disminuyendo la oferta, aumentar el precio en el mercado. Sin embargo, desde COAG se advierte de que “si el mecanismo de gestión de crisis se usa de forma desordenada o no se usa, tal y como ha sucedido hasta el momento, no causa el efecto que debería”.
Todo esto ocurre en un año especialmente difícil para la producción de esta fruta, en el frío y la lluvia inusuales a final de primavera, han retrasado las cosechas.