Agricultura ecológica en el marco europeo
De acuerdo con los datos que presta el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, España está a la cabeza en Europa en cuanto a superficie dedicada a la producción de agricultura ecológica, y entre los cinco primeros países del mundo.
El sello de agricultura ecológica, está destinado a mejorar las prácticas agrícolas, promoviendo un cultivo responsable con el medio ambiente y con la salud. Esto se consigue mediante la utilización de sustancias y procesos naturales durante la producción, de modo que se limita el impacto causado al entorno.
Dentro del territorio de la Unión Europea, el logotipo ecológico garantiza que los productos cumplen con la normativa y las regulaciones establecidas, y permite que estos puedan ser distribuidos y comercializados en cualquier país comunitario.
En los últimos años, se ha producido un aumento de la demanda de este tipo de productos ecológicos por parte de los propios consumidores, que son cada vez más conscientes acerca de los problemas de nuestra era. A su vez, la agricultura ecológica busca prestar un mercado equitativo para todos los niveles de la cadena alimentaria.
Y esta misma consciencia creciente, hace que surjan algunas preguntas:
¿Cuál es la diferencia entre bio, orgánico y ecológico?
Eco, bio y orgánico son tres etiquetados relacionados con temas europeos legales. Cualquiera de estas tres etiquetas nos garantiza que el producto cumple con la normativa europea, según la cual se prohíbe el uso de pesticidas, fertilizantes químicos y alimentos transgénicos. Sin embargo, es cierto que existen unas diferencias esenciales entre los tres términos:
- Bio: se refiere a los productos que no han sido manipulados genéticamente (transgénicos).
- Orgánico: quiere decir que el alimento está libre de productos de síntesis química, y que durante su producción se han utilizado únicamente sustancias 100% naturales.
- Eco: es el etiquetado más completo de los tres, e indica que se ha tenido un cuidado exhaustivo a lo largo de todas las etapas de la cadena alimentaria del producto, así como del medio ambiente. Implica un entorno verde y una producción sostenible libre de productos de síntesis química y organismos modificados genéticamente (OGM), respetando además los ciclos naturales de las diferentes partes del ecosistema.
Entre los principales cultivos de frutas y verduras que podemos encontrar de este tipo en España, destacan hortalizas ecológicas como la zanahoria y el puerro, tanto de producción ecológica como bio.
Recientemente nuestros compañeros compartían labores de cultivo de Zanahorias soprano y Puerro, que por sus métodos que contemplan un proceso biológico orgánico y sostenible, además de respeto al medio ambiente, permite la producción de un producto orgánico, en este caso particular Zanahorias bio y Puerro ecológico.
Estas prácticas están alineadas con los objetivos de desarrollo sostenible, que procuran el bienestar de las personas y un producto sostenible, ecológico biológico orgánico.
