La agricultura tradicional agroquímica, coloca al agricultor en una posición de dependencia con respecto a los productos químicos para sacar adelante exitosamente la cosecha. Estos productos no solo requieren una alta inversión económica en la mayoría de los casos, sino que además, son perjudiciales con el medioambiente. Por ello, es importante conocer cuáles son las alternativas sostenibles más frecuentes.
Los abonos orgánicos proceden de los deshechos de origen animal, vegetal o mixto, y aportan al suelo materiales nutritivos
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Los abonos orgánicos proceden de los deshechos de origen animal, vegetal o mixto, y aportan al suelo materiales nutritivos, que mejoran sus caracterísiticas físicas, biológicas y químicas. Aunque existen numerosos abonos de origen orgánico, algunos de los más frecuentes son los siguientes:
- Estiércol. Los estiércoles son los excrementos de los animales que resultan del proceso de digestión de los alimentos. Entre el 60 y el 80 % de los alimentos consumidos por un animal, es eliminado como estiércol. Es posible calcular la cantidad de estiércol aproximada que produce un animal con la siguiente fórmula:
Peso promedio del animal x 20 = cantidad de estiércol (de ese animal en un año).
La calidad del estiércol dependerá de numerosos factores, como la especie o el tratamiento al que se someta antes de servir como abono.
- Guano de isla. Es conocido por ser el uno de los mejores abonos de origen orgánico del mundo. Está formado por la mezcla de excrementos de aves marinas, plumas, restos de aves muertas, huevos, etc. Tras un proceso de fermentación lenta, el guano de isla, cuenta con un alto contenido en nutrientes. Debe aplicarse pulverizado a una profundidad aceptable y ser tapado inmediantamente. Se usa mayoritariamente para cultivos de patata, caña y hortalizas.
- Humus de lombriz. Se trata de los excrementos de las lombrices; tanto de aquellas dedicadas a transofrmar residuos orgánicos, como los que producen las lombrices de tierra tras la digestión. Este abono contiene dos billones de bacterias por gramo, lo que lo convierte en una de las mejores alternativas para mejorar las propiedades biológicas del suelo.
- Abonos verdes. Cualquier planta competitiva, bien adaptada a un lugar, y que genere una cantidad considerable de biomasa es susceptible de ser un abono verde. Al descomponerse, los abonos verdes, generan la biomasa suficiente como para proveer de nutrientes al suelo. Aunque existen numerosas posibilidades, es especialemente recomendable el uso de plantas leguminosas.
- Compost. Surge de la descomposición, bajo condiciones controladas, de materia vegetal o basura orgánica rica en nitrógeno. Es lo que se conoce como “tierra vegetal” o “mantillo”. Su calidad dependerá de los insumos, y hay que ser cautelosos, ya que puede contener elementos contaminantes si se emplea basura urbana. Para obtener un compost óptimo, es necesario garantizar una buena descomposición de los materiales o desechos orgánicos, ya que esto permitirá matar las semillas de las malas hierbas, agentes patógenos, esporas de hongos y bacterias que causan enfermedades a las plantas cultivadas.

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