“Big data” es uno de los términos en auge de nuestros días. Este concepto designa al amplio volumen de datos que se vierten en relación con la actividad comercial de las empresas. Estos datos se estudian para poder tomar mejores decisiones y realizar movimientos estratégicos en el mercado. El Big data está presente en cualquier sector económico, pero sin duda, es en la agricultura donde encuentra unos de sus puntos fuertes en los últimos tiempos.

El análisis permite entender qué factores afectan más directamente a un cultivo o cuándo es la época más adecuada para la recolección.
La gestión de datos se ha convertido en una función clave dentro de la agricultura de precisión. Gracias al Big data, es posible conocer con exactitud qué acciones llevar a cabo para revolucionar el potencial de la producción agraria. Los datos, en bruto, son insignificantes, mientras que su análisis, permite entender qué factores afectan más directamente a un cultivo, cuándo es la época más adecuada para la recolección o la siembra según características específicas de un terreno, o qué tratamientos son más efectivos.
La interrelación de datos hace posible desarrollar funciones integradas e inteligentes que realizan predicciones agrícolas pero también de mercado. Un anticipo de lo que vendrá para poder estar preparados y obtener el máximo rendimiento.
Algunos ejemplos de situaciones que se ven muy favorecidas por el uso del Big data son:
- Inversiones a la largo y medio plazo, y planificación de la producción. Gracias al uso de datos extraídos de experiencias similares, es posible facilitar la toma decisiones reduciendo objetivamente el margen de error en un gran porcentaje. De media, un productor pierde entre el 30 y el 40 % de un cultivo debido a enfermedades. Gracias a estas analíticas en posible reducir este dato de manera rápida.
- Infraestructuras y maquinaria de agricultura de precisión. El uso de nuevas herramientas tecnológicas no tendría sentido sin el respaldo del Big data. Gracias a este conocimiento es posible que la técnica se ponga al servicio de las nuevas necesidades que se descubren a partir de los análisis de Big data. Se estima que la combinación de Big data y nuevas tecnologías permite aumentar un 16 % la productividad y reducir el uso del agua a la mitad. Sondas inteligentes que miden el nivel exacto de agua del subsuelo controladas desde el móvil o los drones como herramientas de pastoreo, son algunas de las alternativas.
- En la manipulación de productos agroalimentarios. Conocer en profundidad todos los detalles de la producción permite mejorar la segmentación de la misma y mejorar la calidad, optimizar los recursos en el proceso de transformación, etc.
- Permite mejorar la logística, lo que reduce los costes de distribución y, en definitiva, mejora el servicio prestado.
- En cuanto a la comercialización, permite mejorar las estrategias de marketing una vez que se conoce de forma exhaustiva la demanda. Gracias a esto, la oferta estará en equilibrio, y se adelantarán las próximas tendencias del mercado, lo cual permite a la empresa estar preparada.
- Mejor sistema de precios, adaptados al tiempo real, a la oferta y a la demanda, para evitar excedentes de producción.