En 2017 se vendieron 20 millones de drones en el mundo
Se trata de una tecnología revolucionaria para la agricultura

Pueden alcanzar los 120 metros de altura y algunos se acercan a los 300 km/h en su vuelo. Los drones son vehículos aéreos no tripulados, de pequeñas dimensiones, que funcionan gracias a que son teledirigidos. Cuenta con cámaras, GPS y sensores de todo tipo que lo han convertido en una herramiento muy útil, y cada vez más asentada, en numerosos terrenos de la vida cotidiana. Cada vez más, esta tecnología se emplea en el rodaje de vídeos, películas y series, en investigaciones geológicas, en vigilancia fronteriza e incluso una empresa china los emplea como servicio de reparto a domicilio.
La agricultura, por su parte, ha encontrado en los drones uno de los máximos exponentes de la agricultura de precisión. Un dron puede ofrecer un servicio muy similar al de un helicóptero, pero los costes operativos son mucho más bajos, por lo que es cada vez más empleado para rastrear de forma rápida y efectiva vastas extensiones de terreno. De aquí a no mucho tiempo, la imagen de estas aeronaves sobrevolando los campos será una estampa habitual.
Los drones facilitan tareas como la fumigación, la detección de plagas o el peritaje
Así se emplean los drones en la agricultura
Fumigación de precisión
El uso de fitosanitarios supone un problema para el medioambiente y la economía de los agricultores. Desde la década de los 80, en Japón se están llevando a cabo investigaciones en este ámbito, que hoy se encuentran en un momento álgido. Los drones son capaces de obtener una visión general del terreno para determinar las zonas concretas que necesitan fumigación. A partir de ahí, solo es necesario trazar una ruta y el dron la realiza fumigando las zonas o plantas concretas, evitando así el despilfarro.
Realización de índices de vigor
Cuando la extensión de un cultivo es amplia, inspeccionar ocularmente de forma detallada cada planta es inviable. Aunque existen otros métodos, como el uso de sensores de suelo, los costes suelen dispararse. Por ello, el dron se ha convertido en la alternativa perfecta. Con un solo vuelo es capaz de mostrar un mapa índices de vigor que estudie la cantidad de luz que reflejan las plantas. Esto permite conocer si están realizando la fotosíntesis adecuadamente, o por el contrario, si está la planta está estresada y en mal estado de salud.

Viticultura
En la Ribera del Duero, este sistema ya se emplea con éxito para obtener información concreta de vides determinadas, una tarea antes casi imposible de realizar.
Detección de plagas y malas hierbas
Adelantarse a plagas e infestaciones resulta fundamental para los agricultores, ya que al ser un trabajo anual, requiere una enorme prevención para evitar pérdidas millonarias. Gracias a los drones, la detección temprana de cualquier problema es posible sin necesidad de personal a pie de campo revisando minuciosamente cada planta, tarea que, en ocasiones, tampoco es efectiva.
Peritaje e inventario de terrenos de cultivo
Solo en Andalucía existen más de un millñon y medio de hectáreas dedicadas a la aceituna. Por ello, el recuento de plantas para realizar peritajes u obtener subvenciones agrícolas, resulta en algunos casos extremadamente complejo. Gracias al vuelo del dron, es posible contabilizar de forma fiable, rápida y efectiva para mantener el control y evitar fraudes.
Los drones, el futuro
Las investigaciones y los desarrollos tecnológicos encaminan el uso de los drones hacia el día a día de la agricultura. Se espera una automatización en multitud de tareas, como fumigación, teledetección de plagas o la monitorización del cultuvo anteriormente citados. El dron sobrevolará, recabará los datos y elaborará directamente informes para agricultores e ingenieros agrícolas gracias a un software inteligente. Incluso, la Universidad de Varsovia trabaja ya en la creación de drones abeja, que ayuden a estos insectos en la polinización, y contribuir así a paliar las muertes masivas de estos animales.
