Por toda España (y Portugal), es cada vez más frecuente ver largas hileras de olivos y almendros donde antes únicamente había cereales. Es concretamente el almendro el fruto seco predominante en los paisajes de Andalucía. Tanto es así que, según la úlitma Encuesta sobre Superficies y Rendimientos en Cultivos, en Andalucía se dedica más de 190 hectáreas a estas plantaciones: un máximo histórico.

Granada cuenta con casi 43.000 hectáreas de almendro cultivadas
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En lo referente a mantenimiento del suelo, en Andalucía destaca el laboreo mínimo (49 %) frente al laboreo tradicional (28 %) y como última opción la cubierta vegetal (15 %). Estos cultivos aparecen unidos, en la mayoría de los casos, al olivar: en total en el 94 % de los casos, lo que supone casi 40.000 hectáreas. La higuera, con 684 hectáreas, el viñedo, con 298 y el cerezo y el guindo, con 273 hectáreas, suponen el resto de combinaciones más frecuentes.
¿Cómo prevenir enfermedades fúngicas en almendros?
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Estas enfermedades fúngicas que afectan a los almendros cuentan con características comúnes, por lo que es posible reducir sus daños con una estrategia de control inegrada y buenas prácticas del manejo del cultivo.
En la mayor de casos, no existen medidas para erradicar enfermedades, por lo que es fundamental prevenirlas
El almendro, como cualquier otro cultivo, emplea mecanismos endógenos de defensa contra estos hongos (acumulación de fitoalexinas, de enzimas hidrolíticas o ligninas). Gracias a este componente genético, existen variedades de almendro más resistentes a determinadas enfermedades, y, por el contrario, otras que lo son menos.
Así, las variedades más susceptibles de contraer enfermedades fúngicas son:
- Mancha ocre: Guara, Soleta, Marcona, Tarraco, Ferraduel.
- Lepra: Guara, Tardona.
- Monilia: Guara.
- Antracnosis: Tarraco, Antoñeta, Belona, Desmayo Largueta, Soleta, Vairo.
- Cribado: Guara.
Para hacer frente a estas enfermedades, lo más recomendable es tomar una serie de medidas preventivas, ya que, en la mayoría de casos, no existen protocólos fitosanitarios para erradicar las enfermedades cuando ya afectan a un ejemplar.
- Elimina los restos vegetales afectados: hojas caíads, frutos momificados, ramas afectadas…. Cualquier núcleo susceptible de actuar como fuente de inoculación debe ser eliminado o quemado con la debida precaución.
- Elige variedades resistentes. Si bien la Guara es una de las más sensibles, se recomienda recurrir a otras que presentan mayor resistencia frente a las enfermedades.
- Poda el almendro para favorecer la aireación y el equilibrio.
- Controla la cantidad de abono. Es necesario hacer un uso racional del abonado, ya que un uso excesivo favorece la aparición de hongos patógenos.
- Controla con fitosanitarios tu cultivo, especialmente en puntos claves donde ha estado en contacto con enfermedades o en años con condiciones climáticas favorables al desarrollo de hongos nocivos.
