La agricultura de precisión tiene como objeto optimizar la gestión de una parcela desde los puntos de vista:
- Agronómico:ajuste de las prácticas de cultivo a las necesidades de la planta.
- Medioambiental:reducción del impacto vinculado a la actividad agrícola.
- Económico:aumento de la competitividad a través de una mayor eficacia de las prácticas.

Además, la agricultura de precisión pone a disposición del agricultor numerosas informaciones que pueden:
- Constituir una memoria real del campo.
- Ayudar a la toma de decisiones.
- Ir en la dirección de las necesidades de rastreabilidad.
Al contemplar una parcela como una región no uniforme se puede hacer técnicas de manejo variable. Estas técnicas aplicadas al cultivo del tomate se contemplan, principalmente, en:
- Riego de precisión: El manejo variable de riego se aplica al conocer la variabilidad que tiene el suelo desde el punto de vista físico. Las propiedades hídricas del suelo varia según la variabilidad de textura y estructura de esta misma. La realización de sectores de riego se pueden ajustar, mas se contemplan las capacidades hídricas de cada sector de riego. En el caso de la feritirrigación, esto podrá tener consecuencias de mejora de la uniformidad de aplicación.
- Abonado de precisión: Tras el estudio de la variabilidad espacial del suelo, se contemplan las propiedades fisicoquímicas del suelo, su capacidad productiva y la reserva de nutrientes de esta. Una vez estudiadas las diferentes aptitudes del suelo, se realiza un mapa de prescripción de manejo variable de abono que, aplicado con una abonadora de manejo variable o una abonadora convencional adaptada, se consiguen objetivos de optimización y sostenibilidad que propone de agricultura digital.
- Siembra de precisión: Estudia la capacidad de productiva el suelo para realizar una siembra más optima en la parcela. Para esto hay que contemplar que no toda parcela tiene la misma capacidad productiva y que, por lo tanto, cada zona de una parcela puede producir hasta un punto. La dosis de siembra variable ajusta la cantidad de planta que el suelo tiene capacidad de producir.
Tras realizar estas técnicas, se realiza un mapa de ingreso económico, sabiendo lo gastado en cada zona de la parcela y obteniendo los valores productivos. Entonces, se contempla el ajuste económico, introduciendo más inputs en zonas más productivas y menos en zonas de menor capacidad productiva. Esto dará como resultado un mapa de ingreso más uniforme que el que la agricultura convencional ofrece, ya que contempla una parcela como una superficie uniforme.